Nunca se da tanto como cuando se dan esperanzas. La gente cambia, las promesas no se cumplen, los intereses se pierden y los corazones se rompen. Duele aceptar cuando una promesa se rompe.
Nunca se da tanto como cuando se dan esperanzas. La gente cambia, las promesas no se cumplen, los intereses se pierden y los corazones se rompen. Duele aceptar cuando una promesa se rompe.
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